«Busco chico discreto
con ganas de salir a pasear
y despues, haber que pasa»
decía el periódico digital
«trigueña, pelo negro y coqueta»
no mentía lo suficiente,
el anuncio daba para más.
La ciudad ahora tiene
cuando el tiempo se detiene
quince buscando a Soledad
con una mano en el teclado
y la otra a media luz
acariciando el revolver
de una pasión sin corazón
«soy valiente, conocedor
me gusta el vino y las canciones de amor»
intentaban algunos
«te puedo garantizar,
nos la vamos a pasar muy bien»
presumian otros
la razón se desmorona
la soledad es cruel, impostora
la moral se queda en cama
cuando el pecado sale buscando que comer
la esposa preñada
sabe que le toca perder
la novia desdichada
una vez a fin de mes
los maridos vuelven a casa
con cinismo en la cara
un jardin de rosas
para apaciguar la culpa
Soledad es una más
buscando como encontrar el pan
en su carcel de perfumes baratos
vendiendo besos en un clasificado.