En el autostop del cielo
me quedo con Telma y Louise
en polvoriento desayuno
de los cuerpos a sazón
El punto exacto
donde calienta el sol
entre las tres y las dos
con un cigarro en la mano.
En el autostop del cielo
me quedo con Telma y Louise
en polvoriento desayuno
de los cuerpos a sazón
El punto exacto
donde calienta el sol
entre las tres y las dos
con un cigarro en la mano.
No se van sin dar un golpe
enamorarse de primera vez
es un buen consejo
para no dormir
a la intemperie
intento exteriorizar
un sumbido en mi oido
que pretende arrojar
pasajeros sin delito
se acaba el empujón
pariente del desastre
me vence el sueño
con la caquita del conejo
en la luna.
El piso de madera aún guarda tus pisadas
seguiste las flechas con respiración agitada
las escaleras te resultaron largas
el cielo te guardaba grandes esperanzas
un abrazo, y un beso seductor que no se dio
fueron la sentencia previa al buscarte sin razón
tantas veces te soñe desnuda en mi cama
con las ganas de viajar sin pisar en tierra…
típico de ti
que vienes con tu frente en alto
con una sonrisa a decir adios
con una carta en mi buzón sin remitente
típico de ti
que mientes con los dientes manchados de carmin
construyendo puentes entre lo real y lo imaginario
típico de ti
con tus cuentos de princesa tegiendo telarañas
seduciendo tristemente a la ingenuidad
con promesas de amor, mezquino
típico de ti
con tus aires de realeza, diminuta y febril
típico de ti
que pagas con billetes marcados al calendario
típico de ti
con tu corte de gran reina, ingeniosa y frágil
La guerra de palabras terminó
un tercero intervino en la cortes disolución
te quedas callada guardada en un rincón
me quedo con la pluma con tinta apuntando al corazón
lo decibeles en tus letras bajaron a ceros grados
marcharon en retirada los versos con cantos de guerra
no escucho más el tambor del batallon
ni las espadas chocando con el escudo
donde hubo un polvoriento pleito, encarnizado
no queda si no el desliz de una musa
huyendo despavorida, por los pasillos
con los perros castrados en compañia.
Un pasado de tambores y zambomba
redoblan a la vuelta en cada esquina
los tenores envilecidos en la gloria
cantan a coro la pasión desaforada
camicaces de honorable libertad
en los limites iracundos de la locura
brindando placer a desquiciados
sometiendo al límite a los olvidados
las cadenas del deseo saturadas
de desden en satín inmaculado
el rol del prisionero condenado
acepta el látigo con uva y agua
firmando con sonrisas el amanecer
despide gracia al caminar altivo
la página de sucesos desafortunados
pierde uno más de sus afiliados
Tuvimos en esta simbiosis una extraña despedida,
por la puerta trasera de una iglesia abandonada
corrimos en direccion opuesta, tu embarazada,
yo con mil demonios y sus flechas a la caza.
Atravesé el umbral de un fétido desierto
los buitres acechando se sabían hambrientos
sin máscara, sin armamento
solo mis manos y un abrupto sueño.
Extrañas sombras me siguen a lo lejos
aladas formas que perdieron el firmamento
una montaña de piedras devastadas por el tiempo
en una ciudad que perdio su fatua gloria.
Los recuerdos se hacen polvo al correr
las mentiras se esparcen, eternas
perdí la cima con el orgullo intacto
devasté lo que más queria de un soplo.
Pantanos alrededor, como pasajes secretos al caos
voces de niños en el viento como susurro
parece que todo acaba, languidezco
de rodillas en la tierra la bruma me sofoca
Me limito a sonreir, exhausto, sollozo,
una lagrima perpetua rasga mi mejilla
toca el suelo y un rio se desprende
moribundo, a merced de la noche…